lunes, 29 de agosto de 2016

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Aculco en un día: para amantes de la naturaleza –y el queso–.

aculco

Bienvenidos al Pueblo Mágico de Aculco, a 125 kilómetros de la Ciudad de México, una población de magia y naturaleza.

Nuestra primera parada es en las cascadas de la Concepción, una serie de caídas de agua de 25 metros de alto, que por años y años han moldeado los impresionantes prismas basálticos del cañón de Aculco.

Además de ver las cascadas y escalar, se puede pasear en lancha y pescar en la cercana presa Ñadó, hacer montañismo en la peña de Ñadó, y visitar el Balneario Municipal, que tiene una alberca olímpica. Si tienes tiempo, ve a ver también la cascada Tixhiñú, que aunque más pequeña es igual de admirable.

Prismas basálticos Aculo

Después de ver esta maravilla natural, volvemos al pueblo para explorar sus calles coloniales. Lo primero que vamos a visitar es la Plaza de la Constitución con su tradicional quiosco, el Palacio Municipal, los acueductos conocidos como “Los Arcos”, y la Parroquia y ex Convento de San Jerónimo, que se empezó a construir en 1540.

Seguimos con los Lavaderos Públicos, un lugar que durante muchísimos años ha sido utilizado por las mujeres otomíes para lavar la ropa con el agua de un cercano manantial, y un poco más adelante, con el Santuario del Señor de Nenthé, dedicado al “Señor del agua”. A poca distancia está la Casa Hidalgo, que posee una gran historia independentista.

Foto:mexicodesconocido.com.mx

Foto:mexicodesconocido.com.mx

Luego, visitamos dos talleres muy distintos. El primero está dedicado a la cantera, con la que se hacen todo tipo de columnas y artesanías. El segundo, en cambio, está dedicado a la producción tradicional de quesos. Si no tienes la oportunidad de ir a un taller, en el centro del pueblo encontrarás vendedores y queserías, así que no dejes de probarlo.

Hablando de comida, Aculco tiene varios platillos que complacen a cualquier paladar, como escamoles, barbacoa, carnitas y jamoncillos… aquí no hay dieta que valga.

Antes de irte, tómate un momento para conocer su artesanía otomí. Destacan especialmente los textiles (rebozos, mantas, faldas, etc.) y los artículos hechos con ixtle o fibras del maguey, como sombreros y ayates.

Y aunque todo lo anterior lo puedes hacer en un día, lo más probable es que te quieras quedar mucho más tiempo.

¡A descubrir Aculco!

Artículo original en Aculco en un día: para amantes de la naturaleza –y el queso–. de Travel Report.



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